
Sorprendentes los giros inesperados de la vida... a veces el tiempo se ralentiza d tal forma q los días quedan congelados a nuestro alrededor y otras suben y bajan rápidamente cual d una montaña rusa se tratase, donde después d una gran caída... hay una nueva subida, más lenta, más cautelosa... reímos, gritamos, cerramos los ojos, y apretamos con fuerza la mano de nuestro compañero d viaje, mientras seguimos ahí firmes, con las rodillas temblorosas, sensaciones d vértigo en nuestra mirada, nervios enfermizos, aventurándonos a susurrarle a quien está al lado nuestra: "tranquilo q no pasa nada..." , en ocasiones miramos hacia el suelo despavoridos, otras alzamos la vista al cielo y elevamos las manos para poder acariciarlo, otras nos creemos valientes y en las bajadas levantamos los brazos retando a la vida...
Arriba, a veces objetivos, contemplamos, otras perplejos, otras tantas asustados, demasiadas enamorados, con una venda en los ojos...
Los pasajeros van cambiando, y confiamos en quien se sienta a nuestro lado cual si de nuestra alma gemela se tratase. Hubo días q no entendí por qué alguien no quiso otra vuelta, hubo días q alguien no entendió por qué cambié de atracción.
Arriba, a veces objetivos, contemplamos, otras perplejos, otras tantas asustados, demasiadas enamorados, con una venda en los ojos...
Los pasajeros van cambiando, y confiamos en quien se sienta a nuestro lado cual si de nuestra alma gemela se tratase. Hubo días q no entendí por qué alguien no quiso otra vuelta, hubo días q alguien no entendió por qué cambié de atracción.